¿Estás cuidando correctamente tus joyas? Consejos para conservar y limpiar tus piezas favoritas.

Ya sea que se trate de joyas de alto valor o de bisutería, es esencial saber cómo organizar nuestro joyero y los métodos adecuados de limpieza para cada tipo de material.
Las joyas no son solo accesorios, muchas de ellas son auténticos tesoros que nos traen recuerdos de momentos o personas especiales. Independientemente de su valor monetario, tienen un significado sentimental único. Por eso, es importante asegurarnos de que mantengan su encanto y luzcan siempre impecables.
Sin embargo, esto puede ser todo un desafío. Con el paso del tiempo y el uso continuo, las joyas pueden perder su brillo y aspecto si no se les brinda el cuidado adecuado. Afortunadamente, conservarlas en buen estado no es difícil; solo necesitas saber cómo almacenarlas y limpiarlas para mantener la apariencia de tus anillos, pulseras o pendientes y poder lucirlas sin sorpresas desagradables.
Además de la calidad de las piezas, es fundamental guardar las joyas de manera adecuada para prevenir daños. Desde YDRY, te ofrecemos todos los consejos para conservar tus piezas favoritas como nuevas, teniendo en cuenta especialmente los materiales; son fáciles de aplicar en tu día a día y sobre todo en la organización de tu joyero.
¿Cómo guardar adecuadamente tus joyas?
Almacenar todas tus joyas juntas puede llevar a que se estropeen al rozarse entre sí, especialmente si están hechas de diferentes metales o tienen piedras incrustadas. Por esta razón, es crucial que cada pieza tenga su propio espacio en tu joyero para evitar enredos en las cadenas o arañazos.
Para pulseras o cadenas, una opción recomendada es utilizar colgadores. Estos colgadores pueden ser decorativos en tu habitación o colocarse en la parte interior de los armarios. Esta solución no solo ahorra espacio, sino que también permite colgar los diseños por separado para evitar que se enreden.
Otra alternativa son los joyeros que tienen ganchos incorporados en su diseño.
El papel de la sílica gel en la conservación de las joyas
Una idea que puede pasar desapercibida, pero es fundamental es el control de la humedad en el almacenamiento de joyas. Las fluctuaciones de humedad pueden dañar las piezas, especialmente las de metal, causando oxidación o deterioro del brillo. Aquí es donde entran en juego los sobres de sílica gel, que son excelentes absorbentes de humedad. Al incluir estos sobres en tu joyero o en las bolsas donde guardas tus joyas, puedes ayudar a mantenerlas en óptimas condiciones al prevenir la humedad excesiva que puede dañarlas.
Otra idea que tienes que conocer desde ahora mismo es que las joyas odian la humedad. Los climas extremos, con mucho frío o calor, tampoco son un buen hábitat para ellos. Además, no es bueno que les dé la luz solar de forma directa. Si no tenemos en cuenta estos agentes climáticos, podemos encontrarnos con una oxidación o decoloración de nuestras piezas favoritas. Hay una excepción importante, los camafeos o los ópalos sí que requieren un poco de humedad ya que si no corremos el riesgo de que se agrieten.
El diamante se destaca como la piedra más resistente, capaz de dejar su marca en cualquier otra gema o metal, lo que los convierte en el enemigo público de nuestro joyero. Aunque son los crush de muchas, pueden resultar perjudiciales para el resto de las joyas. Por eso, es esencial mantenerlos separados o protegidos. Las mismas precauciones se aplican a los zafiros, cuya dureza es comparable pero menos conocida.
De hecho, almacenar las joyas individualmente es la mejor manera de mantenerlas impecables. Con este sencillo paso, se evita el roce, los arañazos o los enredos. Se pueden usar cajitas, compartimentos diferentes en el joyero o sobres de antelina. Antes de desechar el envoltorio de las joyas, conviene asegurarse de que no sea un buen sistema de conservación.
Efectos negativos del sol:
La luz solar se cuenta entre los principales adversarios de las joyas. La exposición prolongada a la luz del sol puede provocar que numerosas piedras naturales pierdan su color original. Es fundamental tener precaución especial con gemas como la amatista o el cuarzo rosa. Si notas que han perdido intensidad en su color, ahora sabes por qué.

Una de las estrategias más efectivas para almacenar las joyas es utilizar pequeñas bolsas de plástico selladas, añadiendo sobres de silica gel en su interior. Esto no solo las protege del aire, evitando su oxidación, sino que también preserva su calidad. Es un truco especialmente útil para las piezas de plata. Además, el cierre hermético de estas bolsas permite enganchar las cadenas, ayudando a prevenir nudos no deseados.
Efectos negativvos de nuestra piel sobre las joyas:
Aunque no nos demos cuenta, los dedos o el cuello pueden transmitir grasa corporal o ácido de cosméticos y perfumes a las joyas. A largo plazo, estas sustancias pueden tener consecuencias negativas en las piezas ya que eliminarán su brillo o crearán un olor desagradable. Para evitarlo, nada mejor que limpiar un poco la joya cada vez que la hayas usado antes de guardarla. Puedes hacerlo con agua tibia y jabón suave, utilizando un cepillo de dientes de cerdas suaves para eliminar la suciedad.
Los mejores joyeros
Los mejores joyeros Si queremos proteger las piezas, uno de los trucos más sencillos es elegir un joyero forrado con tela o usar bolsitas independientes. Aunque tus joyas sean de metal, también pueden dañarse. Por ello, evitaremos usar cajas de plástico o de madera y escogeremos forros de terciopelo, ante u otro tejido suave. Así, cuando dejes las joyas, estarán descansando sobre una suave superficie blanda.
Si nos vamos de viaje, también es importante que las joyas viajen protegidas. Los joyeros de viaje deben de ser uno de tus compañeros inseparables porque sujetarán las piezas para que no se muevan y evitarán que rocen entre sí.
Para los pendientes, la mejor manera de guardarlos será con agujeros a diferentes alturas o separados. Estos sistemas evitan que estén juntos y que, a la hora de buscarlos, rocen entre sí. Además, tendrás todos a la vista y emparejados por lo que te olvidarás de esas extrañas desapariciones de pendientes.
A la hora de elegir tu joyero, ten en cuenta que tenga el espacio suficiente para que cada pieza tenga su lugar. Las joyas no deben tocarse entre sí porque se pueden rayar y puedes ordenarlas por tipo de producto: pendientes, pulseras o collares. Cada uno en su zona correspondiente.
¿Cómo limpiar las joyas?
La plata no se oxida como otros metales sino que pierden su brillo. Otra de las consecuencias del paso del tiempo es que adoptan una imagen ennegrecida. Esto se debe a que la plata es un metal noble que, cuando se pone en contacto con el aire, reacciona con el azufre que se halla en la atmósfera formando un compuesto que se deposita sobre nuestra joya y que, transcurrido un tiempo, se oscurece.
Otros factores que influyen son los productos que usamos en la piel, como maquillaje, perfume o cremas, o el propio sudor. Al contacto con el metal, hacen que la plata acabe oscureciéndose. El PH de la piel también tiene unas peculiaridades que influyen en esta pérdida de brillo. Eso, sin olvidarnos de otros elementos como el sol, el mar o la luz artificial. Pero nunca pienses que la joya de plata que se oscurezca es de mala calidad o que se ha estropeado y no hay solución.
Joyas de plata como de la firma Tous, debemos de limpiar la plata de manera frecuente. Podemos hacerlo con agua y un jabón neutro, sumergiendo las piezas durante unos diez minutos. Después, usa un cepillo de dientes de cerdas suaves para ir retirando la suciedad. A continuación, pondremos la joya sobre un paño absorbente y, con la ayuda de un secador, secaremos la pieza para que no quede ni un ápice de humedad.
Si las joyas son muy delicadas, o con un diseño muy complejo, lo aconsejable es recurrir a los profesionales de la joyería. Es estos establecimientos cuentan con inteligentes limpiezas a base de ultrasonidos que dejarán la pieza como nueva.
¿Y el resto de materiales?
- El cobre se oscurece y pierde su brillo de una manera muy similar a lo que sucede con la plata. Para limpiar las joyas de cobre podemos recurrir a limpiadores comerciales, pero asegurarnos de que estén indicados para la limpieza de este metal. Huye completamente del amoniaco que podría dañar el diseño.
- Respecto al oro, cuanto menos quilates tenga la pieza, más fácil es que pierda su color original pero con agua, un jabón suave y amoniaco, todo estará solucionado. Existe la leyenda urbana de usar laca de pelo para aumentar el brillo de las piezas de oro, pero esta práctica puede ser perjudicial a largo plazo.
- El ámbar es una gema muy delicada que se oscurece con el paso del tiempo debido a la exposición a la luz. Debes de guardarlo en una bolsa de tela o cuero. A la hora de limpiarla, fíjate bien en que el paño esté completamente limpio porque los restos de suciedad podrían dañar el cristal. Tampoco uses productos ácidos que podrían descomponer el ámbar. El alcohol, y otros disolventes, no tendrían por qué dañar estas joyas.
- Para limpiar corales, lo principal que debemos de tener en cuenta es su fragilidad. Son muy delicados y es fácil que se rompan. Además, no podemos usar con ellos los productos habituales que utilizamos con otras joyas. La solución es poner detergente neutro en agua fría y sumergir las joyas durante cinco minutos. Se retira la suciedad incrustada con un cepillo de cerdas suaves, enjuagamos y dejamos secar sobre un paño.
- A la hora de limpiar diamantes, podemos sumergirlos en agua hirviendo con jabón y amoniaco durante diez minutos. Por su parte, el marfil se limpia con un trapo humedecido con agua y jabón. Este material no se debe sumergir en agua, porque podría agrietarse, o usar limpiadores especiales para joyas. Por último, las perlas se limpian con un paño suave y se deben de guardar en bolsas o cajas de tela, nunca en elementos de plástico.
En resumen, mantener nuestras joyas en óptimas condiciones requiere atención y cuidado. Desde guardarlas adecuadamente utilizando bolsas selladas con silica gel hasta limpiarlas regularmente para eliminar residuos de grasa y cosméticos, cada precaución contribuye a preservar su brillo y belleza a lo largo del tiempo. Con estos simples pero efectivos pasos, podemos asegurarnos de que nuestras piezas favoritas permanezcan radiantes y listas para lucirlas en cualquier ocasión.